Iniciamos
nuestro recorrido, día de la “Fête
du muguet”. El guía Monsieur Ives nos muestra la ciudad a través
de una visita panorámica en autobús. Aunque ayer ya paseamos por
ella, estamos expectantes ante la información que con fluidez nos va
transmitiendo.
La
impresión que nos ofrece Estrasburgo es de orden, belleza y prosperidad
enmarcada por monumentos antiguos reconstruidos fiel al carácter
antiguo y edificios vanguardistas que dejan huella de las tendencias
arquitectónicas de la época. De hecho tras un pasado jalonado por
guerras sucesivas en las que tanto los franceses como los alemanesse
disputaron Alsacia, por fin a finales del siglo XIX y principios del
siglo XX la ciudad adquiere su fisonomía actual.
Junto
a la población propiamente alsaciana conviven la comunidad judía e
inmigrantes franceses que ayudaron a la reconstrucción de la
ciudad. También hay que mencionar una población flotante formada por
los políticos y personal administrativo que intermitentemente acceden a
las diversas instituciones europeas que forman parte destacada de la
estructura de Estrasburgo.
Durante
la visita panorámica pudimos observar:
Plaza
de la República, Palacio Imperial del siglo XIX, Teatro de la Opera,
Biblioteca y Palacio de la Música y Congresos. Seguimos por el barrio
judío. Pasando junto a la Sinagoga de la Paz. Edificio de los Derechos
Humanos y Consejo de Europa.
A
continuación visitamos una zona residencial donde estuvimos observando
cigüeñas en sus nidos en las copas de los árboles.
Una
vez finalizada la visita panorámica “La Tribu Educa”
comienza su recorrido por la “Petite
France” incorporándose
otra guía Madame Dauchkal, transmitiéndonos densa información sobre el
origen de este sobrenombre y de edificios monumentales:
Estos
edificios tienen en común un pasado azaroso y de incertidumbre vivido
desde la Edad Media hasta el siglo XX. A pesar de que Estrasburgo
siempre se mantuvo como ciudad neutral en las diferentes contiendas, al
tratarse de una ciudad rica y próspera los vencedores se apropiaban de
ella y han dejado invariablemente su huella.
Entre
ellos visitamos la Iglesia Protestante de Santo Tomás del siglo XII.
Mezcla de románico y gótico.
La Catedral Nôtre Dame,
construida sobe una iglesia románica, tras sucesivas vicisitudes se
reconstruyó solamente con una torre de 142 metros que constituyó la
obra arquitectónica más alta del mundo durante más de dos siglos: las
vidrieras, el reloj astronómico que destaca por la complejidad en
su ejecución en el siglo XVI, el Pilar de los Ángeles, el coro románico
son dignos de ser mencionados. La Unesco la declaró patrimonio de la
Humanidad en 1988.
Cansados,
pero contentos, terminamos el paseo en el restaurant “Le Baecheoffe Alsace”. El menú quizás es una
muestra más de la idiosincrasia alsaciana: la comida es típicamente
francesa “baecheoffe” y el postre es propio de la
gastronomía alemana “apfelstrudel”, según nos informa nuestro
chófer Patrick.
Tras
un nuevo paseo que nos ayuda a digerir tan copiosa comida, siempre
acompañados por el río L´ILL, nos subimos al autobús y llegamos a
nuestras casitas en Soultzeren, “Les forgères”,
contentos y agradecidos por haber tenido la oportunidad de disfrutar de
una ciudad que acoge a instituciones europeas que velan por la unidad
en la diversidad, como es el espíritu de “La Tribu Educa”.
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