viernes, 6 de mayo de 2016

LOS DEBERES ESCOLARES .


LOS DEBATES DE LA TRIBU. 

¿Son necesarios los deberes escolares? ¿Para qué sirven los deberes? 

INTRODUCCIÓN

 La Asociación Cultural “La Tribu Educa” ha iniciado una serie de debates alrededor de un tema de interés general y que está de plena actualidad tanto en los centros escolares como en los distintos espacios educativos y sociales. El objetivo último de estos debates es contribuir a que la controversia y los planteamientos divergentes sobre asuntos complejos tengan un escenario adecuado donde la libertad de expresión, las argumentaciones, el respeto al otro y la relación dialógica sean los ejes de su funcionamiento.
 La utilidad de estos debates trasciende al desarrollo de ellos mismos puesto que un resumen de las ideas más relevantes será elevado a los diferentes medios de comunicación, entidades, organizaciones e instituciones que pudieran estar interesadas en el tema objeto de discusión a los efectos que procedan. 
 El procedimiento de elaboración del presente documento ha seguido los pasos anunciados con antelación al inicio del debate. El primer borrador, en donde se recogía lo más relevante del debate por parte de la mesa redonda conformada por profesorado, familias, alumnado de Educación Primaria y Secundaria, pública y concertada, inspección educativa y orientación escolar, fue en su momento remitido a todos los intervinientes. Estos habían sido invitados a opinar motivadamente sobre el contenido del citado borrador. Las matizaciones y propuestas realizadas se han incorporado al texto primitivo. 
 Así pues, como conclusiones finales derivadas del debate establecido en la mesa redonda celebrada sobre Las tareas escolares se elabora el presente

 DOCUMENTO

 1.- El tema de los deberes escolares es polémico en España y en otros países y sobre él no hay acuerdo de sus ventajas e inconvenientes. A esto se le une la ausencia de un diagnóstico preciso y comúnmente reconocido y compartido sobre el impacto y repercusión que el exceso o carencia de los denominados deberes escolares tiene en los resultados académicos y en la formación integral del alumnado.
 La consideración social de las denominadas tareas o deberes comporta una significación negativa. Sin embargo, parece razonable afirmar que cuanto más y de mayor calidad sea el tiempo de exposición al aprendizaje formal e informal por parte de los estudiantes y de las personas, en general, será más efectiva su formación integral. También parece lógico afirmar que es difícil entender y menos aún defender la encomienda de un tipo de actividades a realizar en casa que no han sido resueltas satisfactoriamente por el alumnado en el aula con ayuda del profesor o profesora. Igualmente conviene recordar que la repetición múltiple y continuada por sí misma no lleva al aprendizaje significativo.
 La polémica exacerbada que en algunos casos enfrenta a los diferentes componentes de la comunidad educativa invita a pensar que algo no va bien. Las visiones y actitudes beligerantes no resueltas sobre este tema entre familias, profesorado y alumnado, ante la relativa pasividad de la Administración Educativa, no auguran nada bueno, máxime cuando es sabido que los resultados educativos de un alumno crecen exponencialmente cuando cuentan con la concurrencia activa y colaboradora de la familia y el conjunto del profesorado. 
 2.- Existen una serie de juicios que resumen las opiniones vertidas respecto al sentido, realización y para qué sirven en realidad y en este momento los denominados deberes escolares: 
 a) Los deberes crean desigualdades, ya que depende de que la familia tenga o no determinadas condiciones culturales, físicas, económicas, etc. para poder realizarlos satisfactoriamente. 
 b) La mayoría de las veces las tareas escolares no están conceptualizadas, diseñadas y planificadas por el centro escolar. Más bien dependen del arbitrio de cada profesor a la hora de establecer la cantidad, tipología y sentido de los deberes. En algunas ocasiones, incluso, se utilizan como castigo. c) En muchos casos, las tareas son repetitivas y poco motivadoras. Se dedica demasiado tiempo en realizarlas y con frecuencia afectan a la convivencia familiar, originando estrés y frustración en los estudiantes y sus familias. 
 d) Los deberes escolares son casi imprescindibles para poder fijar los conocimientos abordados en el aula, sobre todo en Educación Secundaria. Estos conocimientos se asientan con el esfuerzo personal e individual que se lleva a cabo en casa y las materias así tratadas quedan mejor afianzadas y más aseguradas.
 e) Las tareas suponen un tiempo de convivencia familiar gratificante. Es una oportunidad para que los distintos miembros de la familia se relacionen compartiendo espacio y saberes. Incluso posibilitan crear prácticas de entendimiento novedosas y ajenas a las habituales de ocio u obligaciones dentro del hogar. 
 f) Los deberes en casa generan hábitos de responsabilidad, de autonomía y de organización en el alumnado ya que se enfrenta solo a su compromiso con el estudio. Esto le ayuda a su madurez personal y a su desarrollo en competencias y habilidades. 
 3.- Es opinión compartida sobre cómo abordar el tema de las tareas: 
 a) Se considera que la cuestión fundamental no está en tareas sí o tareas no, sino que la raíz del asunto radica en el qué, el cómo, en el para qué y los efectos que se derivan de estas actividades extraescolares. 
 b) La canalización de este problema pasa necesariamente por una eficaz coordinación entre el centro, la familia y, en su caso, de los propios alumnos. De todos modos, las tareas deben ser compatibles con el ocio y la vida familiar de los escolares. 
 c) Igualmente, la Administración Educativa ha de implicarse decididamente en esta materia y, en consecuencia, debe dar unas pautas generales, precisas y de obligado cumplimiento, para que los consejos escolares de los centros educativos incluyan en sus documentos básicos, entre otros aspectos, lo que entienden por deberes escolares (a lo mejor habría que repensar su nomenclatura) y su finalidad educativa; la tipología de estas actividades y su razón de ser (teóricas/prácticas, curriculares/competencias básicas, repetitivas/novedosas, de estudio/de investigación...); cómo se tendrían que llevar a cabo (individualmente, en equipo, con ayuda y colaboración, por ejemplo, de la familia...); tiempo de realización (¿podría servir la citada por el profesor Fernández Anguita?) y la funcionalidad de su realización; las normas de aplicación en los distintos ciclos y materias curriculares; procedimiento de coordinación entre el profesorado y de este a su vez con las familias; sistema de corrección por parte del profesorado y su repercusión en la evaluación del alumnado (la imposibilidad de conocer con seguridad si son realmente los alumnos los autores de las tareas encomendadas debería aconsejar que su corrección no tuviese reflejo directo en la evaluación de la asignatura correspondiente, es decir, que no supusiera un porcentaje de la nota final), así como indicadores de seguimiento incluidos en plan de evaluación interna del centro. 
 Teniendo en cuenta sus competencias, la inspección educativa, los profesionales de la orientación y otros agentes sociales podrían colaborar con los centros en la consecución de estos objetivos educativos. 
 d) En ausencia de esta normativa, se estima que cada consejo escolar debería tomar la iniciativa para que desde su realidad educativa quedase explicitado el tema de los deberes escolares en los términos que se han indicado anteriormente. Una vez establecido el enfoque y los procedimientos de funcionamiento que se consideren convenientes para la formación integral del alumnado del centro, este las divulgaría para su conocimiento al conjunto de las familias. 
 e) Por quien corresponda (administración, centros, ampas, entidades...) se deberían establecer programas de estudio en los centros con ampliación de horario que faciliten la resolución exitosa de las tareas por parte de los alumnos, en general, y de aquellos con mayores dificultades, en particular.

Como dinamizadora y moderadora de este debate, la asociación cultural La Tribu Educa confía que estas conclusiones puedan aportar algunas ideas e iniciativas que ayuden a canalizar este tema que tiene, entre otros peligros, el de camuflar los problemas reales de la educación en este momento. 

 En Córdoba, a 15 de abril del dos mil dieciséis. 

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